martes, 9 de febrero de 2010

Mi pequeño Azcatl



A lo lejos se divisan las primeras casas, tiene ya varios días caminando y el agotamiento se apodera de él a cada paso, hace ya más de tres años que viaja de poblado en poblado.
Azcatl es un joven que no rebasa los treinta años, dejo su casa y el taller en donde pasaba día tras día creando cosas hermosas al conjuntar la tierra, el fuego y su imaginación.
-Buenas tardes-, grita parado al límite de la casa y ve acercarse a un perro flaco que sale a saludarle, brinca de alegría mientras emite chillidos como pidiéndole una caricia para su delgado cuerpo
– ¿Hola como estas? ¿No están tus amos en casa?- el perro le mira directamente a los ojos y salta y ladra y corre de un lado al otro de la propiedad, de pronto se escucha la voz de una mujer.
- ¿Dime hombre que necesitas?- Hola buena anciana responde mientras se inclina ante ella y continua diciendo, estoy en busca de la plaza de este poblado, ¿estoy lejos aun?
-Mmm, eres joven y fuerte, a tu paso hoy estarás por allá, continua en esa dirección, la anciana apunta con su bastón a una loma, te ves cansado ¿quieres agua o maíz? Azcatl sonríe y agradece a la anciana.
No demora mucho y ansioso continua su camino, estaba seguro que encontraría por fin lo que tanto anhelaba, la noche esta próxima y el viento ha comenzado a sentirse, el cabello de Azcatl se posa por instantes en su rostro pero él esta profundamente sumergido en sus pensamientos, en su hogar en todos los seres de la comarca, en el color de las casas y el verde de sus grandes árboles, es tanta la nostalgía pero se repone al saber que esta próximo a su destino, por fin el camino empedrado, esta seguro que siguiéndole llegara al centro del poblado, descubre muchas personas transitando de un lado a otro con prisa en su andar, esta seguro que la gran mayoría no se percata de que él un extraño camina entre ellos, la oscuridad gobierna cada rincón y es tiempo de buscar un lugar donde pasar la noche.
A la mañana siguiente con prisa toma sus pocas pertenecias y se dirige a la fuente donde esta seguro encontrará lo que busca, tiene hambre pero es más la emoción, al estar en aquel lugar ve solo un viejo mal vestido que sonríe al sol, Azcatl se acerca y antes de decir algo el anciano le pide tomara asiento, Azcatl se sorprende, - Se quién eres, a que has venido y hoy solo te diré que tu búsqueda ha terminado, no porque yo sea el fin, en realidad lo que quieres se ha dado a cada paso de tu recorrido, sin duda hoy eres más grande de cuando partiste aquella tarde de tu comarca, ahora no lo ves pero lo sabrás cuando un día alguien llegue y te busque como tú lo has hecho conmigo.
Bienvenido Azcatl.