martes, 28 de diciembre de 2010

Frío


La roca es fría y silenciosa, eternamente silenciosa.
Escapan mis pensamientos en todas direcciones,  escapan dejándome aquí  esperando su retorno.
Sera inútil ponerme en pie, se que rodaría  una y otra vez sin lograr más que hacerme daño,  la luz es tan escasa que no logro ver ni mis manos frente a mí.
Que frío es todo cuando se está solo, cuando las palabras son arrastradas por el viento que se restriega en cada poro.
Sería sencillo dejarme caer, sería tan sencillo pensar que todo termino y yo con ello, pero no quiero morir pensando que  solté cada uno de mis dedos sin luchar por asirse hasta el último instante.
No permitiré que suceda  a pesar del silencio, de la oscuridad, del frio y el temor.

Saldré de aquí.

martes, 7 de diciembre de 2010

En el aire



El viento de pronto me golpea la espalda, sentí su fuerza correr de un lado a otro, mire con dificultad el cielo me pregunte si llovería, extrañamente esa noche era el más limpio que recuerdo, en lo alto, colgada mostrando todo su esplendor la luna aparecía y parecía tan ajena.



Debo Continuar mi marcha, de nada sirve seguir aquí de pie en medio de la nada, me sentí tan solo que de pronto un torrencial de miedo se apodero de mí, intente abrazarme para sentir que todo estaba bien pero una nueva ráfaga de viento me aventó hasta caer de rodillas.


No quería ponerme de pie, prefería quedarme ahí, olvidarme de todo, me tendí boca abajo y cerré los ojos acomode mi nariz bajo mi brazo derecho y comenzó de pronto una caída, mi cuerpo sin control comenzó a caer por un abismo interminable, no tenía intención alguna de luchar, solo sería cuestión de tiempo para que esa noche terminara y yo con ella.


Giraba en todas direcciones y mi cuerpo maltrecho ya no sentía dolor, solo se entrego al instante, a la oscuridad, de la nada todo se torno en paz, en silencio y me vi flotando, suspendido en todo y nada, como si el universo me tomara en su mano y me meciera lentamente, luces y formas danzaron frente a mí, cada color creaba una sensación, de la risa al llanto pase en segundos.


No sabía con exactitud lo que sucedía, solo vivía, deje de lado todo pensamiento lógico y me entregué a ese instante como si fuera el último segundo de aire en mi cuerpo, sabía que algo sucedería de todo eso.


Ya nada me importaba, esa noche me descubrí tan falso y carente de atención a mí, a mi ser!


Lo que ahí sucediera era el resultado de todo lo que había vivido o dejado de vivir.


De pronto abrí los ojos, pude ver el destello mágico de la luna acariciándome, el viento aun soplaba con una vaiven y yo permanecía allí, entendiendo cada palabra del viento.


Me puse de pie y camine en dirección de casa, en busca de una nueva oportunidad.