La roca es fría y silenciosa, eternamente silenciosa.
Escapan mis pensamientos en todas direcciones, escapan dejándome aquí esperando su retorno.
Sera inútil ponerme en pie, se que rodaría una y otra vez sin lograr más que hacerme daño, la luz es tan escasa que no logro ver ni mis manos frente a mí.
Que frío es todo cuando se está solo, cuando las palabras son arrastradas por el viento que se restriega en cada poro.
Sería sencillo dejarme caer, sería tan sencillo pensar que todo termino y yo con ello, pero no quiero morir pensando que solté cada uno de mis dedos sin luchar por asirse hasta el último instante.
No permitiré que suceda a pesar del silencio, de la oscuridad, del frio y el temor.