martes, 22 de febrero de 2011

Miradas!



Si  tan solo lograras descubrirme,  escucharme antes de mirarme,  que sepas de mi no por lo que ves.
Soy fragilidad transparente buscando pertenecer, ser y vivir.
No soy quien digo ser, no soy  quien soy.
Solo y tan solo entonces sabrás y descubrirás lo que en mi habita.

viernes, 18 de febrero de 2011

Evolucion, cambio!

Solo pocos se percataron que la tierra había dejado de girar, estaba muriendo, la gran mayoría era incrédula y pensaban que era temporal, llegue a escucharles decir
 – El mundo cada día está más loco-
Lentamente todo se fue cubriendo por una gruesa capa de silencio, las sombras eran a cada instante más frías y perdían su forma.

El caos llego a ser el rey, gobernante de aquellos que pensaban que todo sería por un instante y que el dinero los sacaría de ello, pero todo fue inútil.

La humanidad estaba por desaparecer del universo, los científicos no lograban entender que sucedía y mucho menos como darle solución.

De la nada un pequeño inicio a correr, logre mirar su rostro que lucia concentrado y dispuesto a lograr lo que solo él sabía, lo creyeron loco pero el continuo corriendo, sonreía y miraba al cielo, estaba seguro que en algún momento lograría sentir el movimiento del planeta.

De la nada otro pequeño entendió su idea, no sé si la intuyo en su mirada o la naturaleza le ilumino de igual forma, eran dos ya los pequeños que empeñaban sus pequeños cuerpos para lograr un movimiento casi imposible.

Día tras día más niños se fueron uniendo, era un espectáculo único, bello e increíble, de pronto el pequeño iniciador de todo aquello soltó una carcajada y todos quedaron inmóviles y segundos después reían, reían juntos tocando su estomago y rodando en el suelo.

Mire arriba, un rayo de luz toco mi cuerpo y sentí la vida, las nubes navegaban, soplo el viento y de pronto todo renacía.



viernes, 4 de febrero de 2011

Extraña, sensación!!

Una  extraña sensación revoloteaba en mi interior, no me permitía estar más tiempo en la cama y por ello me puse de pie,  lo habitual iniciaba; el baño, un desayuno  poco sano  y a la calle.
El cielo era esa mañana de lo  mas azul, no recuerdo  ni en mi infancia cuando viví en la granja uno tan claro y bello, ahí estaba yo caminando con la mirada perdida en ese espectáculo que tenia sobre y frente a mí.
Olores destellantes llegaban de todas direcciones, creo que la vida esa mañana era tan distinta, tan única, ¿Pero debido a qué?
De la nada notas musicales invadieron mi cuerpo e involuntariamente me moví rítmicamente, ¡que sensación! quizás me remonto a los días  de juventud en los que mi principal actividad era  buscar y compartir música con los amigos, identifiqué de donde provenían los ritmos, la armonía universal que me abrazaba.
Con asombro descubrí una pequeña peluquería y siendo sincero todos los días caminaba por ahí pero no me había percatado de su existir, miré en su interior y un hombre  de edad bailaba frente al espejo, sonreía libremente, que manera de disfrutar sus instantes!
Sin duda hacía tiempo que no vivía tanta plenitud pero - ¿que más podía suceder esa mañana?-  me pregunté.
Abordé el melancólico autobús, tan ruidoso y frío, un par de caras largas como siempre  pero decidí  hoy dejarlas de lado!!
Dios! de la nada miré en la calle una chica hermosamente delgada; lucía con tanto destello, tan llena de luz!. Me puse de pie y busque la forma de parar el autobús, lo logré después de varios gritos y  súplicas al operador.
Busqué rápidamente a la mujer pero no estaba, ¿qué sucedía? !Si no pasó tanto tiempo como para perderle! corrí ansioso para dar con ella y le descubrí unos metros adelante sonriente mirando el aparador de una tienda, de verdad era increíblemente bella y frágil.
Le seguí varias calles a la distancia pero aun así podía percibir un dulce y fresco olor. Inmediatamente pensé en rosas!   Me sentí estúpido  persiguiéndole pero era algo que sencillamente me resultaba evitar, ignoré toda causa lógica y me entregué al instante.
Un descuido la apartó de mi vista, la perdí de nuevo, me llené de pánico ¡No puede ser posible! Suplique, imploré a dios para que me diera una señal de ella, pero fue inútil, me senté sin fuerzas  a la orilla de la banqueta con la cara larga y mis manos sosteniéndola.
Mil preguntas lancé al cielo y sólo  llegó un vuelo mágico de mil aves. Formaban una ola de esperanza,  respiré profundo, y a punto de incorporarme algo tocó mi hombro, no supe qué hasta estar de pie.
El corazón salto al descubrir a la chica frente a mí, mirándome a los ojos  e intentando descifrar mi  cara, era perfectamente bella, repase con la mirada cada detalle de su belleza, sus ojos, cada comisura de sus labios -¿Estás bien? – me pregunto mientras sentía su aliento acariciar mi rostro.

Estaba mudo, torpe  y sin poder reaccionar.
-¿Estás bien?- preguntó una vez mas mientras tomaba mi mano. Su contacto me sacó de mi estado,  respondí con voz baja –Si, gracias – sonrió al notar mi estado, 
- Perfecto, lo sabía, solo quería confirmarlo-
Es un placer saludarte, me voy.
Seguí mudo pero atiné a soltar una pregunta que aun no entiendo de donde surgió.
- Disculpa  ¿eres acaso un ángel entre nosotros y mantienes tus alas en casa, en el closet guardadas?-
Sólo una gran sonrisa y sentí vergüenza, se acercó a mi oído y me dijo en voz baja
- Sí claro, pero promete que jamás lo dirás-
Besó mi mejilla, dio media vuelta y continuó su camino iluminando y llenándolo todo de amor por las calles habitadas de rutina y silencioso concreto.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Aire y mi adios!




Sentí como cada respiro me dolía hasta el alma, ¡no tenía idea de cuánto tiempo duraría esto! Sin embargo intente pensar en los mejores momentos de los que tenía conciencia, con dificultad respiraba mientras sonreía al recordar cada una de ellas.

Suspire, llene lo mas que pude mi cuerpo de aire y de dolor,  sentí  como la nostalgia me cobijaba al saberme ahí sin más futuro y con este corto presente, he terminado hoy, hasta aquí.

Mi cuerpo era frío y fui dejando de  sentir cada parte de él, mire el destello de una estrella por entre los fierros retorcidos de mi vehículo.

Sin duda la inmortalidad no estaba conmigo ahí, pero si mi muerte.