Cuando se es niño la vida no tiene nombre ni calificativos, es más sencillo, no piensas en días, tiempos, crisis y otras cosas.
Lo importante es escapar para no ser atrapado en los juegos o esconderte en la mas diminuta de la sombras al medio día para que tus padres no te metan con el pretexto del calor del sol.
Ser niño es vivir lleno de colores y comodidades pero no de modas y marcas.
Es saber disfrutar un día, cualquier día desde que hay luz hasta el momento en que la luna ilumina la oscura noche.
Es mirar a tus padres con cara de asombro al no entender nada de sus acciones y lecciones, sin dejar de amarles por más extraños que sean contigo y al final te miren y te digan:
“Todo lo hago porque te amo”
Ser niño se resume a la más pura energía de este universo.