Te mire partir, me quede sentado a la orilla de la cama pensando en ti, desde ahí observaba las hojas caer al sentir el contacto del viento, me distraje solo por un instante y las lagrimas en el rostro me trajeron a nuestra realidad. Lloraba como un chiquillo, me sentía tan solo e indefenso en tanto espacio.
-Soy un maldito necio que se resiste a esta realidad, realidad que se clavaba lentamente, no quiero morir en silencio sobre esta cama aterciopelada de color amarillo, no quiero morir amando a un fantasma.
Es tan complicado para mí dejarte partir, duele como imagine sucedería desde que te comencé a amar, lo platique imaginando que ayudaría, haciéndolo más sencillo pero tanto dolor me hace ver lo equivocado que estoy al montar en nubes de algodón, amar lo imposible es una de mis mas grandes errores, intento sacudirme, dejar todo atrás pero tu olor continua en esta habitación, mi cuerpo tiembla agitado por tu ausencia.
Reniego a la vida, a tu decisión pero se respetar tu deseo y desde aquí te miré partir, no estarás mas a mi lado en esta cama aterciopelada y fría pero aun así te he dejado instalada por siempre muy dentro de mí.