Desde pequeño recuerdo como me era difícil poder jugar con niños de mi edad, siempre me veían de forma extraña, me miraban de reojo, se decían cosas entre ellos al oído y terminaban en carcajadas mientras me lanzaban pedazos de papel y en el peor de los casos hasta piedras de las cuales aun llevo algunas marcas en mi cabeza.
Lloré en repetidas ocasiones en los brazos de mi madre, me apretaba a su cuerpo mientras me decía con voz queda al oído – déjales hijo que ellos no saben de lo especial de tu ser- esas palabras y sus besos en mi frente siempre fueron el mejor de los consuelos para mi alma.
Pasó mi infancia y continúe con una adolescencia aun mas escabrosa, aun más oscura, no sabía y menos imaginaba si lograría seguir a flote, si sobreviviría un día mas y así pase día tras día apoyado y tomando la mano de quien hasta ahora continua a mi lado demostrado su amor.
Hubo quien corría para esconderse de mí, otros me gritaban el loco y unos cuantos solo se daban la vuelta, sentí cada una de esas navajas entrar en mi y llevarme a la parte más oscura de la habitación donde dormía en una posición extraña mi conciencia.
Hoy hay quien continua llamándome loco jajajajaja y lo soy no porque ellos me lo tatuaran en el alma, hoy soy porque soy, porque me encanta jugar con el equilibrio de sus vidas rutinarias y ordinarias en las cuales convivo pintando mi alga con ropas y colores de escaparates, soy el loco porque de esta forma he podido lograr ser quien soy esculpiendo sueños sin alguien que este sobre ellos, soy el loco porque esta es la llave con la que entro y salgo de donde muchos no se atreven ni a mencionar, soy un loco porque la vida es hermosamente indescifrable para los cuerdos y tan dócil y amable para los locos, soy yo el que ríe a carcajadas al mirarte a los ojos y mirar tu rostro lleno de horror al sentirte incapaz de vivir, de desnudarte y de entregarte a los placeres de la vida, soy yo el loco el que te abraza y cierra los ojos para pedir al cielo por un poco de locura para ti, a quien tanto amo.